Espacio Autismo

En Espacio Autismo nos apasiona proporcionar información precisa y actualizada sobre el autismo, con el objetivo de fomentar la comprensión y el apoyo adecuado a las personas en el espectro autista y a sus familias.

ESPACIO AUTISMO - curar el autismo

¿Es posible curar el autismo o perder el diagnóstico?

¿Se puede curar el autismo? En este artículo responderemos en detalle a esta pregunta

Tras el diagnóstico siempre salen preguntas como ¿Se puede curar el autismo? ¿El autismo tiene cura?

¿Es posible curar el autismo? Esta es una de las primeras preguntas que se suelen hacer las familias tras recibir el diagnóstico de autismo de un hijo o hija.

Existen algunas personas que defienden que el autismo tiene cura, pero la comunidad científica dice que no.

Como sabemos, el autismo no está considerado una enfermedad, y esto es así precisamente porque no existe una cura.

Si quieres aprender todo sobre la pregunta ¿EL AUTISMO TIENE CURA? ¡continúa leyendo!

Pero aunque no sea posible curar el autismo, esto no significa que sus síntomas no puedan mejorar.

En muchos casos los niños diagnosticados de autismo pueden experimentar un gran avance positivo en todas o muchas de sus áreas del desarrollo.

Incluso existen algunos casos de niños diagnosticados de autismo que en el futuro no cumplen los criterios diagnósticos del autismo, y que por lo tanto pierden el diagnóstico a nivel clínico.

⚡​ El autismo es una condición: el autismo no se «cura»

El autismo no es una enfermedad, es una condición que forma parte de la persona a lo largo de su vida.

Que el autismo no sea una enfermedad significa que este no puede curarse.

Por lo tanto significa que el autismo convivirá con la persona a lo largo de toda su vida.

Aunque no es posible curar el autismo sí que es cierto que las personas con autismo pueden mejorar mucho si les ofrecemos la estimulación y los apoyos adecuados que puedan necesitar en cada uno de sus momentos vitales.

Artículos que te pueden interesar

💥 ¿SE PUEDE CURAR EL AUTISMO?

En el análisis del autismo, surge una pregunta que vale la pena explorar: ¿Es posible curar el autismo?

Es importante aclarar desde el inicio que, en la actualidad, el autismo se considera una condición permanente y que por lo tanto no tiene una cura.

Sin embargo, las personas con autismo pueden mejorar muchísimo si les ofrece una estimulación y los soportes adecuados.

A continuación nos adentraremos en profundidad sobre este tema a través de los siguientes apartados:

Así pues, aunque el autismo no pueda curarse, cada uno de estos puntos nos permitirá apreciar el pronóstico y evolución de las personas dentro del espectro del autismo.

⭐​​ Pronóstico de las personas con autismo

Ya sabemos que el autismo es un espectro y que puede presentarse de muchas formas distintas.

Existen personas con autismo con discapacidad intelectual asociada y otras con capacidades intelectuales preservadas o incluso superiores a la media.

Por lo tanto está claro que el pronóstico de una persona dependerá en gran medida al grado de severidad del autismo y si tiene otras dificultades asociadas.

Autismo grado 1

Autismo leve

Autismo grado 2

Autismo moderado

Autismo grado 3

Autismo severo

En términos generales observamos que las dificultades más características del autismo, como serian la interacción social, la comunicación y la rigidez cognitiva, muestran mejoras significativas en la mayoría de personas con autismo a medida que crecen.

Pero también es cierto que los estudios nos muestran que la mayoría de personas con autismo, pese a los avances en su sintomatología autista, terminan siendo poco autosuficientes en su etapa adulta.

Esto significa que muchos de ellos siguen necesitando apoyos y dependiendo de sus familiares o de servicios asistenciales en la adultez.

🤔 Perder el diagnóstico, no curar el autismo

Existe un grupo de personas diagnosticadas de autismo durante su infancia que en su adolescencia o en su adultez dejan de cumplir los criterios diagnósticos propios del autismo.

El autismo se diagnostica a través de la observación de la conducta de la persona. Es decir que para realizar el diagnóstico es necesario observar una serie de comportamientos que son propios del autismo.

No cumplir los criterios diagnósticos del autismo significa que, siguiendo los manuales diagnósticos como el DSM-5, ya no observamos los comportamientos necesarios para su diagnóstico.

Por lo tanto esto significa que técnicamente esta persona ya no puede recibir el diagnóstico de autismo.

Pero es cierto que este grupo que puede perder el diagnóstico de autismo siguen teniendo dificultades sutiles para la comprensión social, la comunicación, la atención, el autocontrol o la madurez emocional entre otras posibles áreas.

Acceder al documento:
“Diagnóstico de autismo”: Guía orientativa para familias

😊​ Lo más importante: una vida funcional

Perder o no el diagnóstico es simplemente un aspecto técnico y clínico. Lo más importante para el futuro de una persona que tenga autismo no es perder el diagnóstico, sino tener una vida funcional.

Tener una vida funcional significa tener una vida autónoma y que le permita vivir de forma plena en su contexto natural.

Hay personas con autismo y con discapacidad intelectual que tienen vidas más funcionales que personas con autismo leve.

Lo más importante es que las personas con autismo reciban el apoyo necesario para poder tener una vida participativa en su contexto natural y social, más que obsesionarse en que la persona con autismo pueda perder o no el diagnóstico.

⚠️​ Cuidado con las «curas milagrosas»

Es de especial importancia también remarcar que hay que sospechar de cualquier persona o organización que nos ofrezca una «cura milagrosa» y normalmente a precios elevados para el autismo.

No existe una cura milagrosa para el autismo. El mejor apoyo que podemos dar a las personas y familias con este trastorno es una intervención psicoeducativa junto a un asesoramiento y acompañamiento a los padres.

Es de especial importancia este asesoramiento a los padres para saber como manejar la conducta e interactuar con su hijo.

Antes de empezar cualquier intervención terapéutica en un hijo o hija con autismo recomendamos comprobar previamente si los terapeutas tienen en cuenta la formación y asesoramiento a los padres.

Recomendamos realizar el curso «Principios básicos de la intervención en niños con autismo» para saber identificar buenas terapias y servicios para las personas con autismo, tanto en etapas tempranas como en adultos.

🔵 CONCLUSIONES

En conclusión, el autismo no es una enfermedad que pueda curarse, sino una condición permanente que acompaña a la persona a lo largo de toda su vida.

Aunque no exista una cura para el autismo, es fundamental destacar que los síntomas pueden mejorar significativamente con la estimulación y los apoyos adecuados.

Se enfatiza la importancia de ofrecer intervenciones psicoeducativas y acompañamiento a las personas con autismo, centrándose en lograr una vida funcional y satisfactoria en su contexto natural y social.

Se advierte sobre la precaución necesaria ante afirmaciones de «curas milagrosas», subrayando que el mejor apoyo proviene de intervenciones respaldadas por la comunidad científica y que incluyan el asesoramiento a los padres.

En última instancia, la atención y el apoyo continuo son esenciales para el desarrollo y la calidad de vida de las personas con autismo.

❓​ Preguntas frecuentes

¿Cómo se puede curar el autismo?

A día de hoy el autismo NO se puede curar. Existen varios tratamientos psicoeducativos que han demostrado buena efectividad en la mejora de la calidad de vida de las personas con autismo, pero no existe una cura.

¿Cuál es la mejor terapia para el autismo?

Dependerá de la edad, pero en términos generales la más efectiva es la terapia cognitivo-conductual y que tiene en cuenta la globalidad de la persona con autismo y el empoderamiento de los padres o de los cuidadores.

¿Cuál es la razón por la que se da autismo?

La respuesta todavía no está clara, pero sabemos que el origen del autismo está en el neurodesarrollo y se han identificado varios genes y factores ambientales que influyen en este neurodesarrollo atípico.

Más artículos

¿Es posible curar el autismo o perder el diagnóstico? Leer más »

persona con autismo autista

¿Persona con autismo o persona autista? ¿Qué es más correcto?

¿Persona con autismo o persona autista? ¿Qué es más correcto?

Publicado: 27 de marzo de 2022
Última actualización: 21 de agosto de 2025

persona con autismo autista
Persona con autismo o persona autista: la manera en que nos expresamos influye en cómo la sociedad percibe esta condición.

En este artículo podrás entender la diferencia entre persona con autismo y persona autista

El debate entre «persona con autismo» y persona autista» está abierto, y la clave está en respetar la preferencia de cada persona de la comunidad autista

persona con autismo autista
Persona con autismo o persona autista: la manera en que nos expresamos influye en cómo la sociedad percibe esta condición.

Publicado: 27 de marzo de 2022
Última actualización: 21 de agosto de 2025

Persona con autismo o persona autista… esta es una de las preguntas más habituales cuando hablamos sobre lenguaje y autismo.

Aunque a primera vista pueda parecer una simple cuestión de palabras, en realidad refleja algo mucho más profundo: cómo entendemos la identidad de las personas y el respeto hacia su forma de ser.

El debate sigue abierto, y tanto profesionales, asociaciones como la propia comunidad autista defienden posturas distintas.

Algunas personas consideran que lo más adecuado es decir persona con autismo, mientras que otras reivindican con orgullo el término persona autista.

Lejos de ser un detalle menor, la forma en que nos expresamos puede influir en la manera en que la sociedad percibe el autismo y, sobre todo, en cómo se sienten reconocidas las propias personas en el espectro.

Por eso, comprender las diferencias y respetar las preferencias individuales resulta esencial para promover un trato digno, inclusivo y humano.

🤔 Persona con autismo o persona autista: ¿qué expresión es más correcta?

La forma en que hablamos importa. El lenguaje que utilizamos no solo transmite información, sino que también moldea cómo pensamos, cómo sentimos y cómo tratamos a las personas.

Por eso, la elección entre decir “persona con autismo” o “persona autista” va mucho más allá de una cuestión gramatical: refleja visiones diferentes sobre la identidad, la dignidad y la inclusión.

Lo primero que hay que tener claro es que no existe una única respuesta correcta. Ambas expresiones son utilizadas por profesionales, asociaciones y personas dentro del espectro autista.

De hecho, a lo largo de los últimos años se ha dado un debate muy enriquecedor sobre cuál de las dos es más apropiada, y aún hoy no existe consenso definitivo.

En este apartado exploraremos qué significa cada una de estas expresiones, cuáles son los argumentos a favor y en contra de su uso y qué implicaciones tienen en la manera como comprendemos el autismo.

Qué significa decir “persona con autismo”

Decir “persona con autismo” es una manera de enfatizar que lo primero es la persona y que el autismo es solo una característica más de ella.

Esta forma se basa en el llamado lenguaje centrado en la persona, ampliamente promovido por instituciones internacionales como la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU.

El objetivo de esta elección lingüística es claro: recordar que el valor de una persona no está definido por su condición, sino que todas tienen los mismos derechos, dignidad y potencial. Así, al decir “persona con autismo”, se evita reducir a alguien únicamente a su diagnóstico.

Ejemplos de uso:

  • “María es una persona con autismo y disfruta mucho dibujando”.
  • “Los niños con autismo pueden necesitar apoyos específicos en la escuela”.

Muchas asociaciones de familias y profesionales, como Autismo España, recomiendan este término para mantener siempre en primer lugar la identidad personal antes que la condición.

Además, defienden que esta forma de hablar ayuda a prevenir la reducción del término simplemente a “autista”, que en algunos contextos aún puede usarse de forma despectiva.

Qué significa decir “persona autista”

Por otro lado, una gran parte de la propia comunidad autista reivindica con fuerza la expresión “persona autista”.

Para muchas personas en el espectro, el autismo no es un añadido o algo que “se tiene”, sino una parte esencial de quiénes son.

En este sentido, definirse como autistas es una manera de reconocer su identidad con orgullo y sin ocultarla.

El uso de “persona autista” se enmarca dentro de lo que se conoce como modelo de la neurodiversidad, que defiende que el autismo no debe entenderse como una enfermedad ni como un defecto, sino como una variación natural del cerebro humano, igual de valiosa que cualquier otra.

Al igual que se dice “persona sorda” o “persona ciega”, muchas personas consideran que el término “persona autista” es más directo, respetuoso y fiel a su realidad.

Ejemplos de uso:

  • “Juan es una persona autista y se comunica con apoyos visuales”.
  • “Las personas autistas aportan perspectivas únicas a la sociedad”.

Para quienes eligen esta forma, definirse como “autistas” es un acto de empoderamiento: significa reivindicar que el autismo no es algo separado de ellos, sino parte de su identidad y de su manera de vivir el mundo.

persona con autismo persona autista
Infografía de Autismo España

Diferencias entre persona con autismo y persona autista

Aunque ambas expresiones parten del respeto, transmiten matices distintos:

  • Persona con autismo
    • Se centra en la persona antes que en la condición.
    • Busca evitar que el autismo defina por completo la identidad.
    • Está más asociada al enfoque médico y al lenguaje formal de instituciones y asociaciones.
  • Persona autista
    • Reconoce el autismo como parte intrínseca de la identidad.
    • Está vinculada al modelo de la neurodiversidad y a la autoidentificación de muchas personas dentro del espectro.
    • Refleja orgullo y aceptación de la condición como algo inseparable de quién se es.

Ambas expresiones son válidas, pero representan dos formas de comprender el autismo: como algo que acompaña a la persona (persona con autismo) o como una característica inherente a su identidad (persona autista).

Cómo usar correctamente “persona con autismo” y “persona autista”

Entonces, ¿cuál deberíamos usar? La respuesta más respetuosa es: depende de cada persona.

No existe una regla universal ni una norma ética que obligue a usar un término sobre otro. Lo más importante es escuchar y respetar la preferencia individual.

  • Si alguien te dice “prefiero que digas que soy una persona autista”, lo correcto es respetar esa elección.
  • Si otra persona indica “prefiero que digas que tengo autismo”, también debemos adaptarnos a esa preferencia.

En contextos generales —por ejemplo, cuando se habla de forma amplia sobre el autismo sin referirse a una persona concreta— se recomienda utilizar un lenguaje equilibrado, sensible y que evite estigmas.

Lo fundamental es recordar que, más allá de la palabra que elijamos, lo que importa es la actitud con la que hablamos: con respeto, dignidad y sin reducir a nadie a un diagnóstico.

En definitiva, tanto “persona con autismo” como “persona autista” son expresiones válidas y respetuosas si se usan de manera consciente.

El reto no está en escoger cuál es “mejor”, sino en comprender que cada persona tiene derecho a definirse a sí misma y que nuestra labor es respetar esa decisión.

💬 Persona autista o persona con autismo: ¿qué prefiere la comunidad autista?

Dentro de la propia comunidad autista no existe unanimidad respecto a cuál es la mejor forma de expresarlo.

Este debate refleja la riqueza de perspectivas y la diversidad de experiencias que existen dentro del espectro del autismo.

Por un lado, algunas personas defienden el uso de “persona con autismo”. Quienes prefieren esta opción destacan que el autismo es solo una parte de su vida, pero no la totalidad de su identidad.

Para ellas, decir “tengo autismo” es similar a decir “tengo miopía” o “tengo diabetes”: una condición que está presente, pero que no debe eclipsar otras dimensiones de quiénes son, como sus intereses, talentos o sueños. Esta postura también busca evitar que la palabra “autista” se use de manera despectiva o reduccionista.

Por otro lado, muchas personas autistas reivindican con orgullo esta expresión. Para ellas, el autismo no es algo que simplemente se tiene, sino una característica inseparable de su forma de pensar, sentir y relacionarse con el mundo.

Identificarse como autistas es un acto de afirmación personal y colectiva: significa reconocer el autismo como parte de su identidad, igual que se habla de ser alto, ser bajo, ser extrovertido o ser introvertido.

Un aspecto importante es que el término persona autista suele estar más vinculado al movimiento por la neurodiversidad, que defiende que las diferencias neurológicas como el autismo, el TDAH o la dislexia forman parte de la variabilidad natural del ser humano y no deben considerarse un defecto o una enfermedad.

📚 Por qué existe el debate entre “persona con autismo” y “persona autista”

El debate en torno al uso de estas expresiones no es trivial ni superficial: tiene un profundo trasfondo social, cultural y ético.

La razón principal es que el lenguaje tiene un impacto directo en la forma en que la sociedad percibe y trata a las personas.

Las palabras pueden reforzar estereotipos o, por el contrario, abrir la puerta a la aceptación y la inclusión.

En el caso del autismo, durante muchos años se utilizó un lenguaje cargado de connotaciones negativas, que hablaba de “padecer autismo”, “sufrir autismo” o incluso de “enfermedad”. Estas expresiones, lejos de ser neutrales, transmitían una visión distorsionada y dolorosa que todavía hoy genera estigmas.

Actualmente, profesionales, familias y personas autistas buscan un lenguaje más respetuoso, pero con matices diferentes:

  • El enfoque institucional y médico suele decantarse por “persona con autismo”, siguiendo el modelo de lenguaje centrado en la persona.
  • El enfoque identitario y de la neurodiversidad suele preferir “persona autista”, reivindicando el autismo como parte de la identidad.

A esto se suma el papel fundamental de los medios de comunicación y del sistema educativo y sanitario. La forma en que periodistas, docentes o profesionales de la salud utilizan el lenguaje tiene un impacto enorme en la percepción pública del autismo. De hecho, asociaciones como Autismo España han creado manuales de estilo para orientar a los medios sobre cómo hablar del autismo de manera ética y respetuosa.

En resumen, el debate existe porque las palabras no son neutras: moldean la forma en que pensamos, influyen en cómo tratamos a las personas y pueden marcar la diferencia entre generar exclusión o fomentar inclusión.

❌ Errores que debemos evitar al hablar de persona con autismo o persona autista

Más allá de elegir entre una expresión u otra, es fundamental evitar ciertas formas de hablar que refuerzan estereotipos negativos y dañan la imagen de las personas autistas.

A continuación, repasamos algunos de los errores más comunes:

  1. Usar “autismo” como insulto
    • Lamentablemente, en algunos contextos la palabra “autista” se utiliza de forma despectiva para referirse a alguien aislado, raro o torpe. Este uso es completamente inaceptable porque convierte una condición neurológica en un insulto y perpetúa la discriminación.
  2. Decir que el autismo es una enfermedad
    • El autismo no es una enfermedad que se pueda curar. Es una condición del neurodesarrollo que forma parte de la diversidad humana. Hablar de “enfermedad” transmite la idea errónea de que las personas autistas están “enfermas” o “defectuosas”, lo cual alimenta prejuicios.
  3. Expresiones como “sufrir” o “padecer autismo”
    • Decir que alguien “sufre autismo” coloca a la persona en un rol de víctima y genera una visión negativa de su vida. En su lugar, lo recomendable es hablar de “vivir con autismo” o, simplemente, decir “es una persona autista” o “es una persona con autismo”.
  4. Contraponer con “personas normales”
    • Una de las formas más dañinas de hablar es describir a quienes no son autistas como “personas normales”. Esto implica que las personas autistas serían “anormales”, lo cual no es cierto ni justo. La alternativa respetuosa es utilizar el término “personas neurotípicas”, que reconoce la diversidad sin excluir ni jerarquizar.

En definitiva, la forma en que nos expresamos puede reforzar prejuicios o, al contrario, contribuir a una sociedad más inclusiva. Evitar estos errores es tan importante como elegir entre “persona con autismo” o “persona autista”.

🔵 Conclusiones

El debate sobre si es más correcto decir “persona con autismo” o “persona autista” nos muestra que el lenguaje no es solo una cuestión de palabras, sino de identidad, respeto y reconocimiento.

Lo que hemos visto a lo largo de este artículo es que:

  • Existen distintas posturas, y ambas son válidas siempre que se usen desde el respeto.
  • Algunas personas prefieren “persona con autismo” porque entienden que el autismo es solo una parte de ellas, no lo que las define por completo.
  • Otras reivindican con orgullo “persona autista”, porque consideran que el autismo es inseparable de su forma de ser y no algo que simplemente “se tiene”.
  • No hay una única respuesta correcta: lo más importante es escuchar a la propia persona y respetar cómo quiere nombrarse.

Más allá de elegir un término u otro, el verdadero reto está en evitar los errores que refuerzan estigmas: no usar el autismo como insulto, no hablar de “enfermedad”, no decir que alguien “sufre” o “padece” autismo, y nunca contraponerlo con la idea de “personas normales”.

La clave es comprender que las personas autistas son parte de la diversidad humana, con las mismas aspiraciones de inclusión, dignidad y respeto que cualquier otra persona.

📚​ Bibliografía sobre «persona con autismo y persona autista»

¿Qué opinas? ¡Tus comentarios nos importan!

Para comentar y ver los comentarios debes registrarte.
¡Hazlo ahora y obtén descuentos en todas nuestras formaciones!

Regístrate
Ya tengo cuenta

Te puede interesar

Más artículos

​📝 REALIZAR TEST AUTISMO ONLINE

Tests disponibles para todas las edades.

Con este test de autismo online, podrá evaluar de forma gratis y eficaz la posibilidad de la posible presencia de autismo.

Realizar test de autismo online

¿Quieres formarte en autismo?

Descubre nuestros cursos especialmente diseñados para padres, madres y personas que quieran aprender como ayudar a personas con autismo.

test autismo online

Ya somos

estudiantes

Ver cursos

Lo más buscado sobre autismo

qué es autismo · niños con autismo · test autismo · test ados-2 · test adi-r · autismo adultos · autismo asperger · personas con autismo

Realizar test de autismo online

¿Persona con autismo o persona autista? ¿Qué es más correcto? Leer más »

Autismo y Síndrome de Down

Autismo y Síndrome de Down: ¿Qué relación tienen?

Última actualización: 17 de enero de 2024

Muchas personas con Síndrome de Down tienen también Autismo, lo que implica presentar un cuadro clínico complejo

En este artículo explicaremos cómo detectar el autismo en las personas con Síndrome de Down y cómo ayudarlas

El Autismo y el Síndrome de Down pueden ir de la mano, presentándose a la vez en una misma persona.

Así pues, algunas personas con Síndrome de Down (SD) presentan también Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) de forma asociada.

En estos casos, al existir SD y TEA simultáneamente, se desarrolla un cuadro clínico complejo que es necesario comprender para poder abordar.

Los datos indican que muchas personas con Síndrome de Down tienen también autismo, y muchas veces el diagnóstico del autismo en estas personas se realiza de forma tardía.

Identificar el autismo de forma tardía hace que no se den los soportes ni la estimulación adecuada en edades tempranas, y por lo tanto mejorar esta identificación es uno de los retos que se nos presentan de cara al futuro.

Esperemos que este artículo les sea de ayuda para comprender el Autismo en las personas con Síndrome de Down: ¡continúa leyendo!

🟡​ SÍNDROME DE DOWN Y AUTISMO

Muchas personas con Síndrome de Down tienen también autismo, por lo que presentan, además de todo el cuadro clínico propio del SD, dificultades en la comunicación, la interacción social y la flexibilidad cognitiva.

La mayoría de personas con Down que tienen autismo, no se les detecta el autismo hasta bien entrados en la infancia, por lo que no se realiza una terapia para el autismo hasta ese momento.

Pero tener autismo y Síndrome de Down, implica más complicaciones, como recibir diagnósticos erróneos y más tardíos o presentar dificultades clínicas difíciles de tratar.

A continuación explicaremos la relación entre el Síndrome de Down y el Autismo a través de los siguientes apartados:

PREVALENCIA de Autismo en personas con Síndrome de Down

Recientes estudios como el de Moss et al. (2013) indican que el TEA se presenta en el 19% de personas con SD, un porcentaje mucho más elevado que en el resto de la población.

El autismo se presenta entre alrededor del 1-2% de la población general (es decir 1 o 2 personas de cada 100 tiene autismo), mientras que en las personas con Síndrome de Down el autismo se presenta en el 19% de ellas (19 personas de cada 100 con Síndrome de Down tienen también autismo).

Como vemos este porcentaje es muy elevado y es primordial saber detectar el TEA en las personas con SD para poder ofrecer la estimulación y los apoyos indicados.

DIAGNÓSTICO de Autismo en personas con Síndrome de Down

Actualmente se detecta el autismo alrededor de los 2-3 años de edad, excepto en determinados casos donde el diagnostico se realiza de forma más tardía.

Pero en el caso de las personas con SD y TEA, el autismo se detecta alrededor de los 5-6 años, ya que el desarrollo y la conducta está muy influenciada por la Síndrome de Down y es difícil detectarlo antes.

Este diagnóstico más tardío tienen consecuencias negativas ya que se pierde la oportunidad de realizar una estimulación temprana de toda la sintomatología propia del autismo.

CARACTERÍSTICAS de las personas con Síndrome de Down y Autismo

La asociación Down Syndrome-Autismo Connection, que tiene como misión estudiar y dar los soportes necesarios a las personas con el doble diagnóstico de SD y TEA, publicó una serie de características que estas personas presentan.

Esta asociación publicó una lista de conductas que si una persona con SD presenta es probable que también tenga TEA de forma asociada, y por lo tanto será necesario consultar a un especialista para realizar una evaluación diagnóstica.

Desde Espacio Autismo hemos resumido esta lista para hacerla más comprensible:

  • No presenta lenguaje o en caso de presentarlo habla sin intención comunicativa.
  • No señala o no hace gestos para comunicar.
  • Prefiere jugar solo.
  • Muestra risas inapropiadas.
  • No hace juego simbólico o imaginativo. Su juego es repetitivo.
  • Tienen necesidad de seguir una rutina y se altera con los cambios o transiciones.
  • No tiene miedo al peligro.
  • Parece no detectar el dolor.
  • No le gustan las caricias o el contacto físico.
  • Tiene una alimentación restringida (solo tolera comer ciertos alimentos).
  • Tiene problemas del sueño.
  • Presenta estereotipias motoras (aletear, dar vueltas…).

FACTORES GENÉTICOS entre el Síndrome de Down y el Autismo

La complejidad de la relación genética entre el Síndrome de Down (SD) y el autismo ha sido objeto de una extensa investigación, destacándose como un terreno esencial para comprender la intersección de estas condiciones.

A medida que avanzamos en la exploración de la genética subyacente, se revelan conexiones más intrincadas y se abren nuevas perspectivas en la comprensión de la coexistencia de ambas patologías.

Marcadores Genéticos Compartidos

Estudios recientes han identificado marcadores genéticos compartidos entre el SD y el autismo, sugiriendo una base genética común que podría contribuir a la predisposición de ciertos individuos a desarrollar ambas condiciones.

Varias investigaciones han encontrado una sobreposición genética considerable en las regiones cromosómicas asociadas tanto con el SD como con el autismo.

Influencia de la Triplicación del Cromosoma 21

El cromosoma 21, triplicado en personas con SD, ha sido objeto de particular atención en la investigación sobre la coexistencia con el autismo.

Varios estudios han demostrado que la presencia de una copia adicional del cromosoma 21 puede influir en la susceptibilidad genética al autismo en individuos con SD.

Este hallazgo apunta a una conexión directa entre la genética del SD y la predisposición al autismo.

Interacción de Factores Genéticos y Ambientales

Es fundamental reconocer la interacción compleja entre factores genéticos y ambientales en la expresión de estas condiciones.

Mientras que la predisposición genética puede establecer las bases, la influencia del entorno durante el desarrollo también juega un papel significativo.

Estudios longitudinales han comenzado a explorar cómo factores ambientales, como la estimulación temprana y la calidad de la atención, pueden modular la expresión fenotípica del autismo en individuos con SD.

👍 Terapia, tratamiento y soportes a personas con Síndrome de Down y Autismo

El abordaje terapéutico para personas con Síndrome de Down y autismo implica una consideración integral de sus necesidades.

Las personas con Síndrome de Down necesitan una intervención terapéutica global, desde consideraciones médicas hasta logopedia, educación y psicoterapia.

Es esencial adaptar las intervenciones para abordar las características únicas de esta población.

Pero cuando hablamos de personas con Down y autismo, es importante focalizarse también en los síntomas del autismo.

La terapia dirigida a los síntomas del autismo en personas con Síndrome de Down, puede simplificarse en los siguientes apartados:

  • Intervenciones conductuales: Programas específicos para abordar conductas problemáticas y fomentar habilidades sociales y comunicativas.
  • Estimulación temprana: Iniciada lo antes posible para aprovechar las ventanas críticas de desarrollo y minimizar las dificultades.
  • Apoyo educativo: Adaptaciones en entornos educativos para satisfacer las necesidades de aprendizaje individuales.
  • Participación en la comunidad: Fomentar la inclusión social y proporcionar oportunidades para desarrollar habilidades sociales y de vida.

🤝 Retos para el futuro

Tanto la SD como el TEA puede presentarse de formas muy diversas. Por lo tanto es evidente que la suma de Síndrome de Down y autismo es una mezcla muy compleja tanto de diagnosticar correctamente como de dar los soportes adecuados.

Visto que la prevalencia de personas con Síndrome de Down que presentan autismo es muy alta (se calcula que alrededor del 19%), es imprescindible investigar en las causas neurobiológicas que hacen que tantas personas con Síndrome de Down tengan también autismo.

En un futuro también será imprescindible avanzar hacia un diagnóstico temprano de estas personas para poder ofrecer una estimulación temprana de calidad.

La estimulación temprana nos ofrece la posibilidad de poder revertir la severidad de la sintomatología del autismo. Ofreciendo una intervención de calidad cuando el niño o niña con autismo todavía es pequeño es uno de los factores de buena evolución.

Podéis encontrar más información sobre la estimulación temprana de calidad en el curso «Principios básicos de la intervención en niños con autismo».

🔵​ CONCLUSIONES

En conclusión, la intersección entre el Síndrome de Down y el Trastorno del Espectro del Autismo revela un panorama complejo y multifacético que requiere abordajes integrados y personalizados.

La alta prevalencia de autismo en personas con Síndrome de Down, alrededor del 19%, destaca la necesidad de una identificación temprana y de intervenciones específicas adaptadas a las complejidades de esta población.

La investigación constante sobre los factores genéticos compartidos proporciona una base sólida para comprender la conexión biológica entre ambas condiciones.

Los desafíos para el futuro incluyen la investigación continua sobre la interacción entre factores genéticos y ambientales, así como el desarrollo de intervenciones personalizadas que aprovechen estos conocimientos.

La estimulación temprana y la atención integral se presentan como pilares fundamentales para mitigar los desafíos y mejorar la calidad de vida de aquellos que enfrentan la dualidad del Síndrome de Down y el Autismo.

En última instancia, la convergencia de la investigación genética, la comprensión clínica y las intervenciones especializadas son esenciales para allanar el camino hacia un futuro donde las personas con Síndrome de Down y Autismo puedan alcanzar su máximo potencial y participar plenamente en la sociedad.

📚​ Bibliografia sobre «Síndrome de Down y Autismo»

Más artículos

Autismo y Síndrome de Down: ¿Qué relación tienen? Leer más »