Síndrome de Asperger y Autismo: ¿Cuál es la diferencia?

ESPACIO AUTISMO - Síndrome de Asperger y Autismo

La Síndrome de Asperger y el Autismo, aunque muchas personas puedan pensar que son exactamente lo mismo, no lo son.

La Síndrome de Asperger y el Autismo tienen varias diferencias entre ellas y cierta polémica en sus definiciones.

Lo cierto es que a día de hoy clínicamente no existe la Síndrome de Asperger, ya que desde la revisión del Manual Diagnóstico DSM-5 realizada en el año 2013 se decidió incorporar la Síndrome de Asperger dentro de lo que es el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

En este artículo vamos a explicar porqué se decidió eliminar el diagnóstico de Síndrome de Asperger para incorporarlo al TEA, y vamos a explicar también las diferencias entre lo que antes del año 2013 eran el Autismo y la Síndrome de Asperger.

De la Síndrome de Asperger y el Autismo al Trastorno del Espectro del Autismo (TEA)

Es importante antes de empezar este artículo recordar que actualmente no existe el diagnóstico de Síndrome de Asperger, ya que lo que antes entendíamos como Síndrome de Asperger hoy lo entendemos como TEA de Alto Funcionamiento, TEA de Nivel 1 o TEA leve.

Estos cambios en la conceptualización de las personas con estas características fue en el año 2013 con la publicación de la quinta edición del Manual Diagnóstico DSM-5.

En el DSM-5 se eliminaron los diagnósticos de Autismo (descrito por Leo Kanner) y de la Síndrome de Asperger (descrito por Hans Asperger) para unificarlos, generando así el diagnóstico que se utiliza hoy en día para ambos casos: el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

Esta decisión fue tomada por el grupo de expertos que cada cierto tiempo revisan las definiciones de los trastornos y condiciones mentales, con el objetivo de de ir haciendo definiciones y categorizaciones cada vez más precisas y acordes a los nuevos conocimientos dentro del ámbito de la salud mental, la psicología y la psiquiatría.

Se realizó la unión de la Síndrome del Asperger y el Autismo porque se consideró que estas personas tenían dificultades en las mismas áreas del desarrollo.

Estas áreas de dificultades comunes eran básicamente la Interacción Social, la Comunicación y la Rigidez Cognitiva, aunque con diferentes niveles de severidad.

El hecho de compartir las mismas áreas de dificultades hacía que en muchos casos no quedaba claro si el diagnóstico debería ser de Síndrome de Asperger o de Autismo.

Por este motivo y con los nuevos conocimientos sobre los trastornos del desarrollo se decidió crear la categoría del Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) con tres grados o niveles de severidad.

Aunque clínicamente hoy en día no se utiliza el concepto Síndrome de Asperger todavía existe mucha gente que lo utiliza en el ámbito cotidiano.

Si queréis más información sobre cómo se ha ido entendiendo el concepto de lo que hoy entendemos como TEA a lo largo de la historia lo podéis hacer a través del curso «Introducción al autismo» de la Academia Espacio Autismo.

Diferencias entre la Síndrome de Asperger y el Autismo

Básicamente las diferencias entre lo que antes del año 2013 entendíamos como Síndrome de Asperger y el Autismo son las siguientes:

  • Las personas con Síndrome de Asperger no presentaban un retraso en el desarrollo del lenguaje y las personas con Autismo sí.
  • Las personas con Síndrome de Asperger presentaban una capacidad cognitiva dentro de la normalidad mientras que las personas con Autismo por debajo de la normalidad o incluso discapacidad intelectual.

A continuación vamos a describir brevemente lo que entendíamos como Autismo y como Síndrome de Asperger antes del año 2013.

¿Qué era el Autismo antes del DSM-5?

Antes de la publicación del DSM-5 (2013) y por lo tanto antes de la creación del diagnóstico de Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), se daba el diagnóstico de Autismo a las personas con características como las siguientes:

  • Retraso o ausencia total del desarrollo del lenguaje oral.
  • En caso de existir lenguaje oral se utiliza de forma estereotipada y repetitiva.
  • Alteración en la Comunicación No Verbal (el contacto ocular, la expresión facial, las posturas corporales o los gestos).
  • Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros adecuadas al nivel de su desarrollo.
  • Ausencia de la tendencia espontánea a compartir con otras personas sus intereses, placeres u objetivos.
  • Falta de reciprocidad social o emocional.
  • Ausencia de juego simbólico espontáneo, variado, o de juego imitativo social propio del nivel de su desarrollo.
  • Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos.
  • Preocupación absorbente por intereses restrictivos de forma muy intensa.
  • Preocupación persistente por partes de objetos.

¿Qué era la Síndrome de Asperger antes del DSM-5?

La Síndrome de Asperger, diagnóstico que desde el año 2013 ya no existe, se daba a las personas que presentaban características como las siguientes:

  • Alteración en la Comunicación No Verbal (el contacto ocular, la expresión facial, las posturas corporales o los gestos).
  • Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros adecuadas al nivel de su desarrollo.
  • Ausencia de la tendencia espontánea a compartir con otras personas sus intereses, placeres u objetivos.
  • Falta de reciprocidad social o emocional.
  • Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos.
  • Preocupación absorbente por intereses restrictivos de forma muy intensa.
  • Preocupación persistente por partes de objetos.

Conclusiones

Como vemos la Síndrome de Asperger y el Autismo compartían muchas características en común. La gran diferencia era que unos presentaban un retraso o ausencia en el desarrollo del lenguaje y una posible afectación cognitiva y los otros no.

La introducción del concepto Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) desde el año 2013 ha permitido facilitar los diagnósticos, ya que se realiza el diagnóstico de TEA de forma descriptiva, explicando en cada caso las dificultades nucleares del autismo (Comunicación, Interacción Social y Rigidez Cognitiva) y describiendo también si existen otros trastornos o problemas asociados como Trastornos del Lenguaje, Alteraciones Sensoriales o Problemas en la Alimentación.

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