Las personas con autismo tienen un riesgo más elevado de desarrollar cualquier tipo de ansiedad que las personas neurotípicas. El riesgo es todavía más elevado si tienen asociado algún tipo de desorden sensorial, según un reciente estudio.
Otro estudio compartido en Espacio Autismo analizó el desarrollo de la ansiedad social en las personas con TEA, pero en el presente de MacLennan K., Roach, L y Tavassoli, T. (2020), se ha estudiado la relación entre los desordenes sensoriales propios del autismo y el desarrollo de trastornos de ansiedad.
¿Cuál es la relación entre los desordenes sensoriales y la ansiedad en el autismo?
El estudio ha encontrado una correlación entre la presencia de alteraciones sensoriales, tanto en hipersensibilidad como en hiposensibilidad, y el desarrollo de trastornos de ansiedad.
La mayor correlación en las hipersensibilidades han sido con la ansiedad generalizada, la ansiedad de separación, los miedos físicos y las fobias.
En cambio en el caso de las hiposensibilidades parece que la ansiedad generalizada y la ansiedad social es menor que en las personas con hipersensibilidad.
¿Qué nos aportan estos hallazgos?
Estos resultados nos indican que los desordenes sensoriales, tanto en la hipersensibilidad como en la hiposensibilidad, pueden estar implicados en el desarrollo de cualquier tipo de trastorno de ansiedad.
Por lo tanto, es muy importante que a nivel clínico, al desarrollar un plan de trabajo de la ansiedad en personas con autismo, se valore y se tenga en cuenta si la persona que va a recibir la intervención tiene algún tipo de desorden sensorial para individualizar al máximo el plan de trabajo.